"Lo único que necesito es que algunas veces, no algunas cualquiera, algunas en particular, me leas la mente."
Me encantaría una ciudad con todas las paredes hechas de corcho del lado de la vereda impar y pizarra mágica del par. Todos tendríamos una cuota mensual de chinches y márcador mágico. 
Me siento en el tren y me acomodo, la cabeza contra el vidrio, toda yo bien pegada contra la ventana, evitemos el contacto humano lo más posible. Saco mi libro y busco la página de memoria, siempre me olvido de agarrar un señalador y esta edición no viene con solapas. 
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En VOS estaba pensando ¡Gracias a d**s por Google que resolvió el misterio!
Yo me pregunto ¿Perderé mi memoria de la mano de mi amigo a cuatro colores? ¿Me habría acordado eventualmente de que era TU abuelo el que inventó la calculadora con palanquita? Por ahí ni si quiera me acordaba de que no me acordaba.
¿Perdieron la magia esas discusiones en las que el que pujaba con más fuerza ganaba, aunque después resultara que estaba equivocado? Ahora una simple búsqueda resuelve todo. Los grandes argumentadores no estarán tan contentos, un clic y abajo con cualquier chamullo que quieran hacer pasar.
Los obstinados como yo, en cambio, qué no podemos descansar hasta saber cómo era, sin importar quién tuviera razón, estamos un poco más tranquilos. Inclusive me arriesgo a decir que ganamos algunos años más de vida, que hubiéramos perdido a manos de la ansiedad que nos consume cuando hacemos trabajar la neurona a todo máquina para encontrar esa información que sabemos que está ahí en algún lado, escondida, esperando acurrucada, sin ganas de salir a la luz. ¡Ay!¿Cómo era? No puede ser boluda, yo sabía. Es el canoso de bigotito... Sí estaba en esa peli...¡No! pero si yo lo sé..Arghh que bronca.
Y no hay caso, no sale. Entonces vas a la compu, tiki tiki taka tiki, y listo.
Me acuerdo que en un viaje lejos de los cibers con las chicas teníamos una hoja de cuaderno con una lista intitulada: Para buscar en google cuando volvamos a casa. Con eso nos quedábamos tranquilas de que en un momento futuro íbamos a tener la respuesta y podíamos, más relajadas, timonear la charla para otro lado.
Ante este fenómeno y para prevenir quedarme sin neuronas, una googleada a la vez, me pongo como regla darme un día para poder recordar yo solita, si después del plazo aun no sale, tengo permiso para correr desesperada a que Él me de la respuesta.
i-sat: actualizame las temporadas o voy a tener que recurrir a ilícitos métodos de visualización.
