Me senté a tomar la leche y no viniste.
Salí al jardín y no estabas haciendo la siesta al sol, ni corriendo a los gorriones.Las plantas están un poco confundidas.
No hay hilos de tu alfombra en el pasto, ni más broches destrozados.
No se escuchan tus pasos en el piso de madera, tampoco hace estruendo la puerta del patio.
Abro el tarro de galletitas…nada.
Pongo la llave en la cerradura…silencio.
Entonces…es verdad.
Te fuiste, gordo, y yo nunca pensé que te iba a extrañar tanto.
Platón, el gordo lindo, nuestro perro.