7/8/09

Doping inmobiliario

Las casas bajas de mi barrio están tomando anabólicos.
Se ponen en venta y los nuevos dueños deciden que, para que sean habitables, hace falta agregarles un piso o inclusive dos, usando el estilo "bloque de concreto" o "servicio penitenciario". Como si esto fuera poco, muchos de mis arquitectónicos vecinos creen que hay que rematar el asunto pintándolas de algún color estridente como
este amarillo o este rosado o este verde.
La movida se viene dando hace unos años, pero da la casualidad que en la cuadra anterior a la mía hay cuatro monstruitos de esos en plena mutación. O sea que cuando vulevo a casa, aparte de tener que contemplar el lento surgimiento de los adefesios, me tomo un curso acelerado en guasadas, cortesía de los muchachos de la construcción. Castigo visual, con un bonus auditivo.
Gracias vecinos: espero que disfruten sus tetra-casas, y que algún trabajador se distraiga al expresarle sus deseos y pasiones a una inocente transeúnte y les haga el cableado al revés o se olvide de conectar un caño.

1 comentario:

Pataza dijo...

jajaja, la movida de las casas de colores es muy divertida para ir mirándolas y criticándolas mientras uno pasa. Igual si, hay gente que se va al carajo..