Idiotas rematados.

Hay días que ciertas personas se ganan un muy merecido:
¡NO TE SOPOOOOOOOOOORTO!
Es increíble las cosas que pueden llegar a decir o hacer estos mamertos resultantes de alguna muy mala combinación genético-ambiental.
El problema es que después de cumplir los diez años perdés la impunidad de decírselo, hacer una pataleta histérica y al día siguiente obtener la absolución cambiando figuritas, hablando de los caballeros del zodiaco o simplemente pidiendo perdón de corazón.
En estos tiempos de ser grandecita, pegar el alarido es una suprema metida de pata cuyas consecuencias van a anular con creces todos los beneficios obtenidos de dicha liberación fónica. Especialmente porque esto me pasa con esa gente que en realidad me nefrega (aunque tienen la habilidad de tocarme un nervio que suena en mi cabeza como el timbre del 152) pero que tengo que seguir frecuentando de manera regular en la vida cotidiana. ¿Vale la pena crearse un gran problema con alguien que ni da? A veces la culpa es de mi radar especialmente intolerante del momento, y yo sé que hay cosas que me las tomo demasiado a pecho. Pero hay otros días que la única reacción que la actitud de algunas personas se merece es un alarido aleccionador, o lo que te salga en ese momento.
Entonces ¿Qué hacer?
a) Gritar y que sea lo que dios quiera, mañana veré.
b) Empezar terapia de nuevo.
c) Respirar Hondo y contar hasta diez ( o hasta cincuenta) .
d) Esperar a que no se distraiga y hacerle una maldad compensatoria.

e) Decirle de manera solapada lo que pienso y hacer un "doy la cara" bajas calorías.
f) Ser una manteca, quejarme en el bloguete y ya
g) Tomarse la vida como Matthew McConaughey
h) Miscelánea inspirada por la ocación

Hoy opté por f, ¿es la mejor opción? no lo creo.

Hay días en que muero de ganas de hacer catarsis hasta la afonía